Subes a bordo de los espléndidos vagones azules y dorados de la Venice Simplon-Orient-Express Gare de l Est, en París. Un mayordomo está a su servicio personal durante todo el viaje. Después de acomodarse en su cabina, puede prepararse para la cena. Una cena preparada a bordo por nuestros chefs franceses se sirve en uno de nuestros vagones restaurante. Luego, puede tomar una última copa en el vagón piano-bar antes de retirarse a pasar la noche en su camarote, que desde entonces se ha convertido en una cómoda habitación gracias al cuidado del mayordomo.
Al despertar, disfrutas de una magnífica panorámica de los Alpes Suizos mientras el mayordomo te sirve el desayuno en el camarote a la hora deseada. Charlas con otros viajeros mientras tomas una taza de café en el vagón piano bar antes de disfrutar del almuerzo en uno de nuestros hermosos vagones comedor. Por la tarde, te retiras a la privacidad de tu cabaña para relajarte y admirar el paisaje único de los Dolomitas italianos. Por la tarde, se servirá té en la cabina mientras el tren cruza el paso de Brenner. Y pronto debes prepararte para la llegada a Venecia, donde el tren recorre la laguna.
Embarcar a bordo del Venice Simplon Orient Express no consiste en tomar cualquier tren en marcha. 17 vagones azul y oro surcan Europa durante más de 30 semanas al año. El Venice Simplon Orient Express posee 11 coches-cama construidos entre 1926 y 1931. Para vivir esta aventura como antaño, los cuartos de aseo han sido restaurados identicamente y ofrecen agua caliente producida por estufas pequeñas. Los otros vagones del tren también les sumergirán en la época de « los años locos » ya que cada detalle ha sido estudiado para seguir siendo fiel al tren de aquella época... el tiempo queda suspendido... y la elegancia del lugar y de sus compañeros de viaje les transporta hacia otra dimensión, otro tiempo...
Sus comidas a bordo serán inolvidables. La luz ligeramente filtrada crea el ambiente y los manteles bordados, los vasos de cristal y los cubiertos de plata les invitan a una cena de la que se acordarán toda su vida. Los menús combinan ingeniosamente las gastronomías francesa e italiana, la influencia de una o de otra haciéndose sentir aún más según el sentido del tren. La calidad de los platos, añadida a la belleza del decorado, explica que el tren se haya reconocido como miembro de honor de « Relais et Châteaux ».